Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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100334
Legislatura: 1893
Sesión: 7 de Julio de 1894
Cámara: Senado
Discurso / Réplica: Réplica
Número y páginas del Diario de Sesiones: 166, 2658 (bis)
Tema: Posesiones españolas en las costas occidentales de África

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Pido la palabra.

El Sr. VICEPRESIDENTE: La tiene V. S.

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): El Sr. Marqués de Villasegura se ha dirigido al Presidente del Consejo de Ministros, y claro está que, por justa deferencia a S. S., he de contestar a sus palabras.

Su señoría se ha extendido en luminosas consideraciones respecto al derecho que podemos tener sobre algunos territorios de la costa occidental de África, cuyo debate nos llevaría más allá de lo que permiten la oportunidad y el momento. (El Marqués de Villasegura: Si es necesario, anunciaré una interpelación.) No hace falta, porque repito que no son estos el momento y la oportunidad de tratar cuestión tan compleja y en algunos extremos bastante difícil, mucho más no habiéndose suscitado un debate acerca del particular.

Por lo demás, el Gobierno tendrá muy presente el ruego de S. S.  porque, aun sin haberlo formulado, hoy mismo se están haciendo gestiones para que el nuevo Sultán reconozca todos los compromisos contraídos por su antecesor, su padre. Claro está, pues, que el Gobierno no ha de desistir en ese camino, y esté seguro S. S. que, por los medios de que siempre disponen todos los Gobiernos, dentro de la razón y de la justicia y del derecho internacional, el español procurará, repito, que el nuevo Sultán reconozca dichos compromisos de su antecesor, haciendo que se cumplan, no sólo los estipulados en el último tratado celebrado, sino los contenidos en el art. 8.º del de Vad-Ras y en todos sus demás artículos.

Esté, por tanto, tranquilo S. S.; nuestros derechos serán reconocidos, y si algunos apareciesen dudosos, el Gobierno procurará hacer valer su razón en todo aquello que crea le asiste. Hasta ahora, no tenemos motivo alguno de queja, al contrario; y es de esperar que aquellas grandes simpatías que el anterior Sultán venía manifestando a España, las muestre también su sucesor. 



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